Camino el silencio, amándote.
Sembrando las nubes de caricias
me acompañas.
Al rozarte, arde en mis manos la ternura.
En tus pies descalzos
se ha despertado el amanecer,
las palomas en mis poemas.
Amándote, sin sentir nada más,
te he llamado tantas veces desde dentro,
con la boca llena de besos
y de estrellas.
Muere la tarde sin ti.
En la arboleda
de hojas amarillas,
cierro los ojos...
Te sueño...
Maribel DOMÍNGUEZ REAL, "Amándote", El silencio de las lilas.
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