La belleza, las nubes.
¡Las
nubes!
¿Hay alguien que se detenga a verlas
desordenándose en sus
fiestas
lentamente?
¿Contemplarlas?
(No faltará quién diga ¡está en las
nubes!
¡Ese hombre no se halla en sus cabales!)
Las flores, la
belleza.
Si contemplamos una flor como quien contempla un
rostro
humano
o escucha el alma en su pasión desnuda del canto
límpido
del ave
(Igualmente será visto con sorna)
Las nubes, las
flores, las aves: rostros de la belleza,
¿dónde arden sus huellas?
Sus
rastros se perdieron en las aguas
como desmantelados barcos.
Por qué pues
distraemos con tales baratijas!
Pero la belleza, las flores, las aves, sobre
nuestras cabezas,
las nubes en su callada música.
(pero ¿las nubes, la
belleza?)
(pero ¿las nubes, la belleza?)
Javier SOLOGUREN, "La belleza, las nubes..."