Calles gastadas de tristeza.
Penetrantes hebras de melancolía.
Espinos irascibles de la noche mortecina.
Las nubes de titano cabalgan la inmovilidad de los
tejados.
En mi fente un dardo de silencio y siemprevivas.
Descalzo la memoria en una esquina rota / de
desamparo.
Delirios de cristal y nieblas grises,
tumbándose a mi lado / relajan la cintura.
En un curso desesperado / la noche eterna invado
mi pelo.
Al borde / el abismo.
En mis pupilas / gotas de lluvia resbalan como lágrimas.
Mis pezones crueles / se encienden / íntegros de
relámpagos.
En el silencio morado / dibujo garabatos abstractos,
Libélulas amarillas.
Vuelvo conmigo y acabo / vértigos de fiebre / acordes
de Puccinni.
Y la noche fosforescente se pierde por caminos azules,
colgada de mi boca y mis dudas infinitas.
Maribel DOMÍNGUEZ REAL, "Caminos azules", El silencio de las lilas.
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