Toda esta transparencia, esta inmutable
y clara y lenta forma de morir.
ANTONIO CABRERA
Abre los ojos al vuelo de la tarde,
al cálido fragor de la penumbra.
El aire tiene rima de ceniza.
En tu piel escuece el vértigo del tiempo
que carcome la ternura de los días.
Filtra la lentitud del rito entre tus labios,
y bautiza la rosa como herida:
fulgor de sangre o amapola.
Quizá dejes de ser preñez cansada de minutos,
pero nunca desbandada de sonrisas
en el eco transparente de tu dicha.
Asunción ESCRIBANO, "Sobre la transparencia", La disolución.
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