Empedrando la lluvia
con tu ausencia,
se resquebraja el silencio
de buscarte.
Tus manos no ocupan mi palidez.
En esta confidencia
se desvanece septiembre
con una fiebre de sollozos.
Y el amarillo besa con más dolor
esta ingratitud.
Esta melancolía
siempre supe que sería mi muerte.
Maribel DOMÍNGUEZ REAL, "Confidencias", El silencio de las lilas.
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