Para hablarte sin palabras,
escribo poemas
sobre el ritmo de los días.
En un concierto de lluvias,
resbalan mis besos para ti.
De un soplo
están brotando flores en los cristales
y un puñado de cerezas de tu boca.
Para seguir viva,
contendré la respiración
hasta que me quieras.
No sé en qué rincón
abandonarme para quererte.
Es una vieja costumbre
no hay una lógica para amarte así.
Maribel DOMÍNGUEZ REAL, "Una costumbre", El silencio de las lilas.
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