lunes, 15 de agosto de 2011

Madre

En tu cuerpo la aurora y
en tu voz la calma
del que espera.
Eres la mano quieta que
descubre las flores
sin tocarlas.
Naturaleza de ámbar y
de tierra.
De ti el nombre de las cosas
que te velan y te guardan,
-mujer coral-.
De ti el calor de los pechos,
-mujer tierra-.
El aire de frutas besa
tu lengua y respira
campos verdes de tu cuerpo.
¡Tú, plenitud de los días!
¡Tú, consuelo del tiempo que
devora tus pezones hasta
el amanecer,
como un amante!
Eres momento y alma ausente.
Festejo de la vida que
te tuvo más allá
del nacimiento.
Más allá se hicieron tus cabellos,
y tu cintura de vineto y
tus labios de crisálida
-Mujer interminable-.
Tus formas son eternas.

Mónica VELASCO, "Madre"

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