Cubrid con flores de luna,
a los que mueren de amor.
En el cementerio del olvido,
se ha detenido la luna
a enterrar mi cuerpo abandonado.
Mientras pasa sus ojos por mi tristeza,
una lágrima le vierte el corazón.
Con ornamentos de nieve,
cava una fosa de rosas y besos.
Un cielo amoratado, desvalido y polvoriento
se derrumba, aullando de dolor.
En la penumbra, se dobla la tierra,
y una oración de estrellas frías,
palidece en mis manos.
Maribel DOMÍNGUEZ REAL, "El olvido"
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