(It was the nightingale)
Se hizo de noche
y cuando me vi sola en medio de la calle
tuve miedo de regresar a casa.
Tuve miedo
de abrir la puerta a tientas,
de correr a sentarme a la mesa
frente a un poema tuyo
y sentirme culpable una vez más
de tanto exlusivismo.
Tuve miedo.
Y sobre todo
de aquel momento en que se cierra el libro
y se apaga la luz;
de sorprenderme amándote,
buscando tu cabeza entre mis brazos
en la oscuridad,
y buscando tu voz en checo
y sentirme morir...
Tuve miedo,
de modo que me eché a caminar calle abajo
por la orilla del vértigo,
acosada por la conciencia de mi sinrazón
que con calma insinuaba
la voluntad del olvido.
Pero yo sé
que no existe el olvido,
que se es o se deja de ser,
que amar es vivir
y vivir sin amar
es posponer cada día el final
bajo cualquier excusa.
Y al doblar esa esquina,
a pesar del amor,
tuve un miedo terrible
de que llegara el alba con sus alas de alondra.
Abandoné la marcha
y partí hacia mi casa corriendo por la acera,
llevándome las sombras.
Clara JANÉS, "It was the nightingale"
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