En asfixiantes ciudades,
al límite de todo,
he vivido
y sin embargo
sólo tú
me das vértigo.
Contigo nunca sé
nada,
contigo tiemblo,
desaparezco.
Me das vértigo.
Eres como el Guadiana
y pierdo el camino,
tus brazos;
te miro y viene el mareo,
se van las palabras.
Contigo sólo crece
la incertidumbre,
contigo tiemblo,
titubeo.
Me das vértigo.
Saray PAVÓN, "Vértigo"
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