El primer violín canta
en lo alto del llanto
igual que un ruiseñor sobre un ciprés.
Como una mariposa,
la viola apenas viola
el reposo del aire.
Cruza el otro violín a ras del cello,
semejante a un lagarto
que entre dos manchas verdes
deja sólo el recuerdo de la luz de su cola.
Piano negro,
féretro entreabierto:
¿quién muere ahí?
Sobre los instrumentos,
los arcos
dibujan lentamente
la señal de la cruz
casi en silencio.
Pianista enlutado
que demoras los dedos
en una frase grave, lenta, honda:
todos
te acompañamos en el sentimiento.
Ángel GONZÁLEZ, "Quinteto enterramiento para cuerda en cementerio y piano rural"
No hay comentarios:
Publicar un comentario