domingo, 2 de octubre de 2011

Barroco

Desde la pequeña presencia dorada
que llena el vacío de mi soledad
con su voz de oro, el dios de la jaula
me regala un largo trino de cristal.

El ocaso enciende la tarde de rojo.
Por el escenario azul del ventanal
se asoman las torres lejanas, que otoño
viste de nostalgia sobre la ciudad.

La negra cancela del jardín, dormido
en brazos del viento, se oye chirriar.
Miro hacia la puerta. Alguien ha venido.
Me levanto. Debo dejar de soñar.

Josefina VERDE, "Barroco", Azabache y Coral.

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