Primero habrá una disolución de la materia,
un dejarse licuar la carne en la mirada.
-Sólo así hay presente y hay poesía-
Un engaste del tiempo
en las fibras ópticas del ser.
Romper con la arbitrariedad
de los límites precisos y aceptados,
para contemplar la auténtica verdad
que respira en el fondo de las cosas.
Detrás sólo existe el todo.
Una certeza de identidad en la luz
que fusiona bordes y canales fragmentados.
-El poeta es el hombre que cabalga el tiempo
con el corazón abrasado de paisajes
heridos por el abandono del origen-
Es necesario romper con lo sabido
para volver a conocer el tiempo
de la curvatura que todo lo unifica.
Después habrá que construir con la palabra
la medida del corazón, para que las horas
y el mundo no sean tan sólo ceniza.
Nombrar la realidad será darle nueva vida
con una palabra templada de lumbre y sangre
que abrase el desgaste cotidiano del hablar.
- No palabra moneda ni vocablo de fuerza,
sino dardo hermoso que arranque
fuego al viejo símbolo-
Regalar al hombre un nuevo sacramento
que contenga abismo y silencio entre sus trazos.
Las dos orillas en que se debate la existencia.
Asunción ESCRIBANO, "Poética enhebrada", La disolución.
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