Cuando me llames,
de bálsamos crepitará
el aire en mis dedos
heridos de rosas.
Sólo por mirarme,
despacio,
destrenzaré mi pelo
sobre cualquier amanecer.
Y si me amaras
de mis pechos desnudos
brotará un poema de aire
y unas gotas de luna.
Maribel DOMÍNGUEZ REAL, "Poema del aire", El silencio de las lilas.
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