Tacho la infancia. Paso a limpio el miedo.
JUAN VICENTE PIQUERAS
Hablo del miedo de una niña
ante el eclipse angustiado de la noche,
crispada su sonrisa,
sin acertar a palpar la luz.
El balancín del tiempo
acunaba sus primeros
gestos doloridos.
Hablo de su infancia en sombras,
reflujo de los años más hermosos,
necrosado su derecho a la alegría.
¿Cómo responder a su mirada
después de realizar la autopsia
a su tristeza?
¿Cómo decirle que esa negrura honda
era el germen de una luz presente
que llena las paredes de mis días?
Pero ella es pequeña y no lo entiende.
Sólo se refugia en su muñeca.
Y lloro, desde la atalaya del fulgor
por la niña que yo fui,
que sembró con su dolor mi nacimiento.
A ella le debo la vida.
Aunque todavía hay días que
en la noche me asusto por la niebla
de la que tanto tardará en salir.
Y la miro acurrucada y me duele
el infinito espacio que nos separa.
El infinito tiempo que tendrá
que recorrer hasta llegar a mí.
Asunción ESCRIBANO, "Hablo del dolor", La disolución.
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